lunes, 30 de junio de 2014

Mirada ausente…

Qué triste mirada ha sido la tuya,
que ha sido despojada de su ternura,
soplando el dolor hasta las llanuras,
respirando el olor de una traición sin conjetura.

Soterrando los ojos, los oídos, las manos,
para dejar el recuerdo y amar al olvido,
para dejar de mirarte,
y perderme en cielos lejanos.

Nuestras almas, viejas, se encuentran,
se miran y se van, sin recordar lo que han vivido.

Qué triste mirada ha sido la mía,
que ha sido despojada de su alegría
soplando el dolor hasta las llanuras
respirando el olor de aquella mujer

que nunca llegaría.


                                                                           Poeta incomprendido.